La parroquia de Los Corrales de Buelna celebrará este fin de semana, de forma especial, la festividad de San Vicente Mártir, y lo hará con la misma intención de los últimos años, recuperar una fiesta histórica de la localidad venida a menos, como no se cansa de explicar el párroco, Francisco Lledías, un hombre volcado en la rehabilitación de un santo patrón que pasó de ser el de todo el municipio a circunscribirse a la parroquia. De todas formas la celebración se recupera con los años. Este viernes se ofrecerá un rezo especial por San Vicente, comenzando un triduo que continuará mañana con dos celebraciones, la religiosa, con una Santa Misa a las siete y media de la tarde, y la lúdica, con un concierto de órgano y soprano media hora más tarde. El domingo se conmemorará el día del patrón de la parroquia con una Misa Solemne a las 12 del mediodía en la que participarán todos los grupos parroquiales, con cantos, lecturas, peticiones, ofrendas, etc. La fiesta terminará con un vino español en los locales parroquiales, en el antiguo asilo San José.
De San Vicente Mártir bien se podría decir que es un patrón destronado en Los Corrales de Buelna por motivos muy poco divinos, más bien todo lo contrario. A finales del siglo XIX se decidió que un pueblo que crecía por momentos se merecía una fiesta más cálida, más veraniega. Claro que, sobre todo, ese cambio vino de la mano del motivo principal por el que el pueblo crecía, la apertura de una empresa, Forjas de Buelna, que daba trabajo a miles de personas. Así, el cambio favoreció a San Juan, un santo que lo tenía todo. Lo primero la fecha, 24 de junio. Así que se cambió el frío del invierno por el calor del verano, quedando la fiesta de San Vicente congelada en el recuerdo. Pero sobre todo tenía el ser el patrón de las forjas, actividad metalúrgica que crecía entonces gracias a la empresa fundada por José María Quijano. De hecho, junto a la casa del empresario se levanta aún la ermita de San Juan, en la plaza de La Rasilla. El santo forjador se asentó en la localidad y las fiestas crecieron, eso sí, hasta 1966 compartiendo, San Juan (24 de junio) y San Vicente (22 de enero), su importancia como fiestas locales de guardar.
