Los Corrales de Buelna contendrá la respiración durante la tarde del viernes, a la espera del resultado que arrojen las urnas dispuestas en la planta Nissan Cantabria para que los trabajadores decidan sobre el acuerdo que dirección y comité de empresa lograron en el día de ayer.
A la una del mediodía la gran mayoría de la plantilla se reunía en uno de los almacenes del área de mecanizado. Los miembros del comité de empresa tomaron las riendas de la asamblea que habían convocado para dar las explicaciones pertinentes sobre lo que todavía era un preacuerdo.
De los 15 puntos a debatir con los que se comenzó a negociar el jueves 4 de junio, tras cuatro semanas han quedado cuatro. El primero establece una reducción de jornada de 11 días al año, lo que supondrá a su vez una reducción salarial proporcional del 5% a partir del 1 de enero de 2021. El Expediente de Regulación Temporal de Empleo se aplicará para todo el periodo, hasta 2023, con un 84% del salario bruto, conservando pagas extras y vacaciones. No se aplicará la subida prevista en el convenio colectivo del 0,7%, congelándose los salarios. Y se desarrollará en un futuro un acuerdo sobre movilidad funcional. Pero tan importante como lo que se ha acordado es lo que queda fuera, la petición de la dirección de incluir un compromiso sobre la incapacidad temporal, una línea roja que había marcado claramente la representación sindical en todas las reuniones.
En cuanto a las garantías exigidas por los sindicatos, se ha establecido el mantenimiento de una carga de trabajo equivalente al 75% de la ocupación de la planta (unas 54.000 toneladas netas) y una inversión superior a los 40 millones de euros, incluyendo una nueva línea de moldeo. Por último, otra de las garantías del acuerdo, consecuencia directa del resto de las premisas establecidas en el documento, es la de que no habrá despidos traumáticos.
A partir de ahí comenzó el turno de preguntas, hora y media aproximadamente de asamblea que terminó con la apertura de las urnas, un periodo de votaciones que se extenderá hasta las 10 de la noche.
En caso de que los trabajadores avalen el preacuerdo, éste se rubricará y se enviará a Japón, para que la compañía lo ratifique antes del 28 de julio.
A media tarde, el consejero de Industria, Francisco Martín, se congratuló, como lo hizo también el alcalde de Los Corrales, Luis Ignacio Argumosa Abascal, con el acuerdo firmado en la planta. El alcalde recordó la importancia de la fábrica para toda la comarca y la necesidad de "garantizar un futuro viable". Martín también habló de un plan de ultra-competitividad que asegurará, dijo, "el futuro de la planta para los próximos 10 ó 20 años". El consejero recordó que ya se han dado tres de los cuatro pasos establecidos en un primer momento: el acuerdo entre dirección y trabajadores, el de la planta con el Gobierno de Cantabria sobre las inversiones que el ejecutivo exigirá para garantizar el desarrollo de la fábrica y, como tercer paso, el envío a Japón de ese acuerdo para su validación. Queda un cuarto paso, apuntó, "que Japón confirme la inversión de los 40 millones que la planta requiere". "Ahora esperamos que Japón se comprometa en este acuerdo a cuatro bandas que ha de suponer en los próximos meses inversiones que garanticen la competitividad de la planta", dijo. Afirmó que el Gobierno de Cantabria "va a ser un actor fundamental en ese proceso de modernización", como se plasmará en una carta en la que "nos comprometeremos a ser colaboradores necesarios e imprescindibles en este plan". Terminó pidiendo el apoyo de otro actor, el Gobierno de la Nación. "Solicitaremos al Ministerio que de los fondos de los que dispone para modernización y competitividad una parte sean destinados a la planta de Los Corrales".
