Sabor agridulce para el club de Reinosa con varios luchadores de la comarca del Besaya
El cartiego Antonio Fuarros, plata en peso pesado y el corraliego debutante Pedro Fernández, bronce en hasta 70,3 kilos
Las expectativas del presidente del club y entrenador principal, Tomás Ramos, eran aún superiores en los dos pesos a los que presentaba luchadores. Además del muy buen nivel de la competición, las decisiones divididas cayeron del lado rival cortando así las aspiraciones a mejores resultados por parte del club cántabro.
70,3 Kg
En este peso, y en categoría de iniciación, correspondiente a luchadores con menos de 3 combates disputados, participaban los corraliegos Rubén Múgica y Pedro Fernández.
Rubén llegaba al torneo con una preparación excelente. En el primer combate le tocó medirse contra un luchador asturiano de gran calidad, Javier Quindiello, posteriormente campeón de la categoría. Tras el tiempo reglamentario, la decisión recayó en los jueces, dando por perdedor a los puntos en el tercer asalto al luchador corraliego. Ambos realizaron un combate muy ajustado y técnico en el que predominó la capacidad luctatoria de ambos peleadores consiguiendo así anular la superioridad de golpeo por parte de Rubén.
Pedro debutaba en la competición y lo hizo de manera magistral. Empleó sus técnicas y recursos con una serenidad impropia de un debutante, desarrollando con fidelidad la estrategia que primero había convenido con sus entrenadores. Así lo hizo contra su primer rival, Jonatan, del León Fight Club.
En el primer asalto lo llevó al suelo con facilidad y en una presa le provocó un fuerte dolor en su rodilla derecha, finalizando así el combate. Esperamos que sin consecuencias y deseamos su rápida recuperación.
Contra el segundo contrincante, Pedro Muñoz Fole del Club gallego Graiño y campeón del mundo de Kárate Kempo, ambos luchadores ofrecieron un gran espectáculo. La grada coreaba "Pedro, Pedro, Pedro", refiriéndose al gallego. Gritos que el corraliego, parecía admitir como suyos por la coincidencia de nombres. Hubo golpes, suelo, fuerza y cabeza por ambas partes. Al final Pedro Fernández logró la victoria también.
En semifinales, Jarlin Daniel Espinal, el rival del corraliego, resultó de un nivel extraordinario. Sin salirse del guion, el del Esparta supo combinar golpeo y lucha para dominar a su rival en ambos aspectos. Tras un golpe en el rostro en condiciones no permitidas para la categoría, parte de Pedro a su rival y otra acción discutida, se decidió doble castigo de puntos, inclinando la balanza hacia Espinal, en el combate que más claramente había dominado el luchador corraliego.
Pesos pesados
Antonio Fuarros se enfrentó en la final de pesos pesados al luchador del club burgalés, Amiran Liparteliani. Un auténtico titán con una estatura y corpulencia imponentes. El combate fue épico. Fuarros resistió terribles embestidas del contrario logrando conectar buenas manos al rostro, llevando a su oponente a recibir asistencia médica tras el combate por cortes en el pómulo derecho. Ya en el tercer asalto, la dominancia discutida de los dos primeros se disipó y se vio claro dominador a Antonio. Asentado y mejor conocedor de su opositor, comenzó a acertar en todas sus acciones y terminó el combate con el rival totalmente controlado en posición de suelo y castigando cabeza y cuerpo con sus golpes. Por decisión dividida de los jueces dieron como ganador al luchador rival, que claramente en este caso, `fue salvado por la campana´.
Componentes del club de lucha Esparta desplazados a Gijón
