El transporte especial cruzó el paso a nivel del polígono marcha atrás Martes, 11 Julio 2017 El transporte especial cruzó el paso a nivel del polígono marcha atrás

Complicado trayecto para las vigas de la cubierta de la piscina climatizada

Con mucha dificultad, pero la futura piscina climatizada de Los Corrales de Buelna ya cuenta con las vigas que harán posible su nueva cubierta. Un transporte especial las acercó este martes a las instalaciones con mucho sudor de cuantos hicieron posible ese envío por calles, caminos y recovecos que, al final, tras una auténtica odisea, permitieron que el camión que portaba las vigas de 30 metros de longitud, llegara a su destino.

Hasta su entrada al polígono industrial de Barros todo entró en la relativa normalidad de un transporte de ese tipo. Pero en el polígono la Policía Local tuvo que coger las riendas y establecer un itinerario que permitiera la llegada de las vigas al estadio municipal de deportes, teniendo en cuenta que, dadas las características del transporte, en ese trayecto no podía haber rotondas ni giros imposibles como los que se iba a encontrar en el casco urbano.

El conductor miraba sin tener claro el operativo de la Policía Local, complicado, pero el único posible. Un conductor que debía pensar que a él nadie le había advertido de lo que le venía encima. Las pocas personas que se encontraron, en su paseo diario, la papeleta del transportista, le compadecían. "Muy bueno hay que ser para hacer eso". Y es que lo primero que tuvo que hacer fue atravesar marcha atrás el estrecho paso a nivel del polígono de Barros. Rebasado con éxito, el siguiente paso era aprovechar el camino del Tubo, como se conoce en Los Corrales de Buelna una vía apenas utilizada que comunica, paralela a las vías del tren, con el barrio del Bardalón. Siempre con la escolta e indicaciones de la Policía Local el largo camión, en el que se notaba el gran peso de las vigas, llegó a la zona de Juan XXIII y, de nuevo con una maniobra compleja y marcha atrás, se dirigió hacia la Escuela Taller, donde de nuevo pudo hacer maniobra para volver a circular de frente hacia el aparcamiento de la zona norte de las instalaciones deportivas. Allí, marcha atrás de nuevo para entrar y facilitar que una grúa depositase las vigas en el suelo.

A la llegada a su destino conductor, colaboradores, empresa y agentes de la Policía Local respiraron tranquilos. En apenas media hora se había ventilado un dispositivo que salió a la perfección.

Entre tanto y tanto, los agentes tenían que dirigir las maniobras y explicar a los vecinos que no era uno más de los transportes que a veces se pierden en Los Corrales de Buelna, cuanto intentan callejear hacia algunas de las empresas de la zona. Más de uno se preguntó por las previsiones de los transportes especiales en un pueblo de calles estrechas y curvas de 90 grados imposibles para esos camiones. Más aún cuando se habla de las instalaciones deportivas, a la que se accede por dos estrechos puentes. Uno al finalizar el último tramo especialmente estrecho de la calle Torres Quevedo, el otro junto a la iglesia de San Ramón, un metro antes del final del camino del Tubo, protagonista del trayecto que recorrieron las vigas de la futura piscina.

Maniobra en el cruce entre el camino del Tubo y Juan XXIII

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