Las Guerras Cántabras apuestan por los más jóvenes en su primer domingo, una programación que da prioridad a los festeros nacidos en los últimos años del recorrido fulgurante de una fiesta que en su vigésimo segunda edición vuelve a presumir de un futuro garantizado y su calificativo de Interés Turístico Internacional. Senado Romano, Consejo de Tribus o el Gran Desfile General Juvenil serán representados por los más jóvenes miembros de la asociación organizadora tras un Desfile General de Tribus y Legiones que partirá del campamento y llegará al anfiteatro, a partir de las seis de la tarde. Antes, a mediodía, habrá mención especial para los nuevos componentes de la Asociación Guerras Cántabras, aprovechando ese anfiteatro para la entrega de las medallas a una treintena de nuevos socios.
Ya a las 20 horas, el propio César Augusto arengará a sus tropas para alcanzar la victoria definitiva antes de su marcha a Tarraco, cediendo el mando de sus legiones a su legado, Cayo Antistio Vetus. Su decisión estará refrendada por la Diosa Minerva, quién marcará la estrategia del emperador.
Con su marcha, los cántabros comenzarán una nueva rebelión, preparando lo que será la segunda guerra contra el Imperio, que se escenificará la semana próxima. Entre tanto, por primera vez se podrá disfrutar en el anfiteatro de la Boda Cántabra, todo un espectáculo acompañado por la Entrega del Fuego del Hogar protagonizada por mujeres cántabras.
En cuanto al sábado, segunda jornada de fiestas y nuevo lleno absoluto en las gradas del anfiteatro y el campamento disfrutando del cara a cara entre Corocotta y César Augusto o, bajo la lluvia, de la gran batalla que se vivió ya por la noche en un escenario que se ha quedado pequeño en los dos primeros días a pesar de tener una capacidad para 2.000 personas.