(Carta de opinión remitida por Salvador Victorino, presidente de la Asociación de Comerciantes).
Los ladrones salen de ronda por Los Corrales
Hace más de treinta años, publiqué una carta similar que en lo único que ha cambiado es en la fecha, pues la historia es la misma que se repite año tras año.
Nuestro pueblo seguramente, si hacemos caso de las estadísticas, está muy por debajo de los índices de delincuencia de Cantabria y posiblemente de España, pero eso no le sirve de consuelo a un comerciante o a un vecino cuando ve que su patrimonio es arrasado o su intimidad y seguridad se ven violadas.
El comerciante abre cada día su establecimiento para ganarse su sustento a pesar de la competencia, la crisis, y la falta de consumo, y sigue resistiendo. Pero cuando los amigos de lo ajeno se fijan en su comercio y destrozan, y roban lo que tanto le ha costado conseguir, hay que tener una determinación muy grande para no mandarlo todo a hacer puñetas.
Los comerciantes de nuestro pueblo, en los que yo me incluyo, hemos sufrido y venimos sufriendo desde hace tiempo la espada de Damocles de la inseguridad en nuestros comercios y empresas. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado hacen cuanto pueden dentro de sus limitaciones presupuestarias, pero eso a nosotros no nos sirve. Hemos pedido cámaras de vigilancia y el consistorio da la callada por respuesta. Se han realizado reuniones sobre seguridad, se han retomado las patrullas de policía local por las noches, se han detenido presuntos delincuentes gracias a las cámaras de seguridad de los comercios, ¿pero de que ha servido?. Después nuestra justicia deja libres con cargos a los “presuntos”, que muchos de ellos tienen en su haber más de una docena de detenciones. ¿HASTA CUANDO?
El pequeño comercio se muere de inanición pero también de falta de seguridad y ante eso no podemos hacer más. Muchos defienden el derecho a la intimidad cuando se habla de instalar cámaras de vigilancia por temor a que les pueden grabar. Mal entendido, pues sólo se utilizarían ante la presunción de que se haya cometido un delito.
Queremos un pueblo seguro, y eso se arregla si los poderes públicos toman cartas en el asunto y no marean la perdiz.
Un comerciante, harto ya de vivir inseguro.
Salvador Victorino Fernández
(Presidente de la Asociación de Comerciantes del Valle de Buelna)
