El Ayuntamiento de Bárcena de Pie de Concha facilitará la tramitación necesaria para que 13 familias del municipio puedan acceder en propiedad a las fincas ubicadas en montes de utilidad pública que han ocupado durante décadas. La alcaldesa, Carmen Mier, ha adelantado a los propios vecinos que ya hay un acuerdo con la Consejería de Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural para formalizar su situación y que será el Consistorio el que les vaya informando sobre los pasos a dar para que finalmente esas parcelas sean legalmente suyas.

Las 13 parcelas están situadas en el barrio de la Collada y en todos los casos los vecinos beneficiados por el reparto que en su día hizo la junta vecinal de Bárcena terminaron construyendo su vivienda sobre terrenos que se les cedieron para mejorar la difícil situación económica que atravesaban aquellas familias a mediados del siglo pasado. El tiempo pasó sin demasiadas preocupaciones sobre la existencia o no de escrituras de propiedad, pero la nueva Ley de Montes de Utilidad Pública llevó la preocupación a esos vecinos, ante la posibilidad de quedarse sin nada, debido a una posible restitución de aquellas parcelas a la administración pública. Así se lo trasladaron a la alcaldesa hace años, cuando era presidenta de la junta vecinal de Bárcena, y ya entonces decidió liderar su reivindicación de perpetuar los derechos concedidos en su día y poder escriturar sus propiedades.

Tras varias reuniones con representantes de la Consejería de Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural, presentando la documentación pertinente, Gobierno y Ayuntamiento han llegado a un acuerdo por el que los poseedores de esas fincas públicas con vivienda podrán dejar atrás la precariedad de su situación y, como algunos señalaban, poder descansar sabiendo que sus hijos heredarán la tierra que han trabajado durante décadas sin tener que depender de cambios normativos o políticos que les puedan dejar sin nada.

La alcaldesa no escondió ayer su alegría al calificar la noticia como "un gran logro que a todos nos deja más que satisfechos". "Desde que los vecinos me trasmitieron su preocupación he apostado firme por solucionar ese problema, con reuniones constantes y un gran esfuerzo para dejar los cabos bien atados".

Ahora serán los vecinos los que tengan que empezar a poner de su parte. Desde el Ayuntamiento se les irá informando de los tramites a cumplimentar pero el más destacado ya lo conocen y desean, acudir a un notario y registrar las parcelas que les sacaron de la pobreza para ofrecerles una esperanza de futuro.

Como sucedió en muchos municipios de Cantabria, ayuntamientos y juntas vecinales respondieron a la época de posguerra cediendo parcelas en montes públicos a las familias que más lo necesitaban, para tener al menos una huerta donde cultivar alimentos de primera necesidad o poder tener algo de ganado. Con el tiempo las familias pudieron salir adelante combinando, la mayoría de las veces, la atención de las parcelas con el trabajo en las fábricas del entorno. Muchas veces con sus propias manos levantaron casas en esas fincas y terminaron viviendo en ellas, a pesar de saber que las fincas eran cedidas. Ahora se consolidarán esos derechos y la tierra y lo que en ella se levanta será legalmente de quien la ha trabajado año tras año.

(En el reproductor, explicaciones de Carmen Mier).