Los afectados por la Ley de Montes en Cartes amenazan con volver a acampar en los arcos del Ayuntamiento, como ya hicieron durante buena parte del año pasado, y lo hacen tras expresar su malestar con las administraciones regional y local por la tardanza en resolver los expedientes sobre las fincas que poseen en terrenos de utilidad pública. Siguen reclamando la propiedad de esas fincas mientras todo apunta a que, con la nueva ley, será la administración la que recupere esa propiedad, dejando un futuro incierto para familias que han ocupado esas parcelas durante generaciones. El portavoz, José Luis Rubio, ha adelantado que algunos afectados ya se están planteando el volver a pasar las noches a la intemperie e incluso ya han dejado en la entrada este de la Casona dos colchones. Y así lo ha ratificado uno de ellos, el mayor de los que encabezan la protesta, Miguel Marañón, que junto a su hija, Amaya, ya han colocado camas y mesillas para avisar de sus intenciones. Intenciones que se convertirán en realidad la próxima semana si no reciben algún tipo de contestación a sus demandas.

"Nos sentimos engañados y decepcionados porque desistimos de la anterior protesta al prometernos soluciones y no solo no han llegado sino que nada sabemos y nada nos dicen sobre nuestro futuro", dijo.

El enfado se ha incrementado porque los informes realizados por una persona especializada contratada por el Ayuntamiento "parecen no servir para nada". Los expedientes de Marcos Pereda tendrían que haber sido confrontados y confirmados por los técnicos municipales, "pero todo apunta a que esos informes técnicos son contrarios a nuestras reclamaciones, dejando sin valor los expedientes de Pereda", dijo Rubio.

"Estamos hartos de esperar y de que nos tomen el pelo", añadió al relatar que en varias ocasiones se ha dirigido a la Dirección General de Montes para pedir explicaciones sin que se le hayan dado respuestas concretas "y menos esperanzadoras, todo lo contrario".

José Luis Rubio asegura que "la sensación general, y así nos lo trasladan algunas personas próximas a los departamentos que tienen que resolver el tema, es que no se tocarán los expedientes de los afectados mientras no se haga presión a las autoridades que tienen que tomar decisiones".

Terminó aclarando que “los que nos fuimos a casa fue por enfermedad o aburrimiento, pero ya se habla de volver, porque nos preguntamos qué es lo que está pasando en un Ayuntamiento donde parece que metemos más horas nosotros que los concejales”.

"Nos siguen engañando, y que nadie piense que se han solucionado problemas, al contrario, cada vez son más y nosotros más viejos. No nos hacen ni caso, nos tienen abandonados, el descontento enorme y la consecuencia, si no se remedia, es que volveremos a los arcos hasta que la solución llegue o la cosa termine mal".