La Corporación de Arenas de Iguña celebra este martes su primera sesión plenaria con un gobierno en minoría, tras al abandono de las filas regionalistas de la concejala Magdalena Guerra, que como concejal no adscrita será la llave en las decisiones que se tomen en un Ayuntamiento donde gobierno y oposición empatan a votos. Nada había dicho hasta ahora Guerra, pero ante las declaraciones del PRC ha salido a la palestra para afirmar que en sus tres años de edil se ha sentido engañada y humillada por el alcalde", el regionalista Pablo Gómez. Asegura que el alcalde "solo se ha acordado de mí o de mis compañeros de partido para que salgan adelante sus propuestas", criticando la falta de reuniones de grupo o de "engaños" en las cuestiones que se han ido trasladado. Pone como ejemplo la pregunta que le realizó sobre el gasto de la feria de ganado de 2013: "pregunté cuánto había costado y me dijo que 11.000 euros, pero luego me han confirmado otras personas que han sido al menos 18.000 euros". "Esto y muchas cosas más que darían para un libro y que me han llevado a tomar una decisión basada en mi forma de trabajar, en equipo, mientras la suya es trabajar solo e ignorar a los demás", dijo, en referencia al alcalde.
Sobre Pablo Gómez asegura que "le veo muy nervioso, pero le adelanto que en lo sucesivo solo le apoyaré en lo que entienda que es un bien para el municipio, en el resto no".
También ha contestado dos cuestiones que le achacaban la pasada semana, la de defender intereses particulares, poniendo en duda la capacidad de trabajo del alcalde, y la de ser tránsfuga, afirmando que "siente" las siglas del PRC "mucho más" que Pablo Gómez. En ese sentido señaló que "en caso contrario su comportamiento no habría sido el de empezar no confiando en sus propios concejales y hacernos firmar un escrito de fidelidad, pero, con el tiempo me ha demostrado que el que no se fía no es de fiar".
Y finalizó asegurando que "durante el próximo año seguiré trabajando y defendiendo lo mejor para todos los vecinos de Arenas de Iguña.
Entre tanto, la cuestión ahora se centra en si el alcalde, Pablo Gómez, someterá a votación en ese pleno la moción registrada por el PP en la que se critica su sueldo con dedicación exclusiva y el que cobra la edil socialista, socia de gobierno, Gema Fernández, como concejala de Obras y Urbanismo. Eso sí, la moción se centra en la petición de retirada inmediata del sueldo de Fernández. El PP critica el que se esté pagando un sueldo de 10.500 euros anuales por una dedicación de 10 horas a la semana en un puesto en el que a lo largo del último año, de 1 de mayo de 2013 a 1 de mayo de 2014, se han dado 38 licencias de obras, poco más de tres al mes. Y aunque solo se pide la retirada de ese sueldo, el portavoz popular, Vicente Sánchez, critica en su moción que "es un clamor popular la injusticia que supone que para un Ayuntamiento de 1.800 vecinos salgan de las arcas municipales más de 3.700 euros mensuales para pagar los sueldos y seguridad social del alcalde y la concejala de Obras".
