La Corporación de Cieza ha dado un paso crucial en la aprobación definitiva de su Plan General de Ordenación Urbana, tras una larga tramitación en la que los habitantes del valle han paralizado por dos veces una resolución final. Esta vez se ha atendido la voz de los directamente implicados y en sesión plenaria se acordó la incorporación del 90% de las alegaciones presentadas por los vecinos a ese planeamiento, dando un giro en las líneas maestras del documento inicial.

Con cerca de 300 alegaciones (de 600 habitantes que tiene el valle), los vecinos plantearon en términos generales no someter los núcleos urbanos a demasiados cambios, dejando de lado grandes avenidas y anchos paseos que tenían como objetivo una ‘modernización’ que no querían especialmente los propietarios de fincas afectados por los cambios que se proponían por el equipo que elaboró el PGOU.

En una comisión especial se analizaron cada una de esas alegaciones por parte del equipo redactor del plan y los concejales de los tres grupos políticos municipales, invitando además a cada interesado a defender su petición en ese órgano. El resultado ha sido la aprobación de nueve de cada diez alegaciones para incorporarlas al plan.

Una vez se sumen al documento, éste se someterá a aprobación en un próximo pleno que celebre la Corporación. En ese momento se pronunciará la oposición, PSOE y PRC, concejales que en la sesión del miércoles se abstuvieron a la espera de ver cómo se aplican las alegaciones vecinales. El alcalde, Agustín Saiz, y su grupo, concejales del PP, dieron el visto bueno a un PGOU que toma su recta final para sustituir a un planeamiento en vigor que data de 1982.

Solo podría retrasar una vez más la aprobación del plan el hecho de que una a una, la incorporación de todas las alegaciones suponga un cambio sustancial en el documento que fue expuesto a la población el año pasado. Con lo que tendría que volver a someterse a la opinión vecinal y vuelta a las andadas.

Renuncia al sueldo municipal

En la misma sesión el alcalde anunció la renuncia a su retribución mensual en el Ayuntamiento. Agustín Saiz explicó que ha alcanzado un acuerdo con la empresa de automoción para la que trabajaba que incluye quedar en un periodo de desempleo y dejar de percibir las cantidades que se habían aprobado en pleno como sueldo municipal. Con lo que, tras esa decisión, el alcalde dedicará más tiempo al Ayuntamiento pero dejará de percibir la nómina que recibía hasta ahora como complemento por la parte proporcional del sueldo que perdía en la empresa privada por atender los asuntos públicos.

Los concejales del PSOE y PRC se abstuvieron también en este punto, al considerar, como alegó la concejala socialista Ana Blum, que nunca habían estado de acuerdo con ese sueldo, con lo que, que ahora se retirara era una decisión del alcalde y nada tenían que decir.

Otra de las cuestiones que se debatió en pleno fue la posible eliminación por parte del Gobierno regional de la plaza de una de las dos profesoras de la Escuela Unitaria de Villayuso, el único centro de Infantil y Primaria de todo el valle. Ana Blum planteó la necesidad de solicitar a Educación que mantenga las dos profesoras de ese colegio para «asegurar un mínimo de calidad» en la enseñanza de la veintena de niños que acuden a diario.

El alcalde contestó que está a la espera de una respuesta de la Consejería de Educación sobre esa cuestión y que no tomará ninguna decisión hasta que no tenga información directa. Pero afirmó que «no me apartaré de aprobar cualquier moción o medida de presión más dura que se me plantee si se toman decisiones contra un colegio al que siempre he defendido».

La sesión plenaria comenzó con la incorporación de un nuevo concejal al Grupo Municipal Popular, Daniel Díaz Cobo, en sustitución de Juan Ceballos Pereda, que dejaba la Corporación hace unas semanas por motivos personales.