Taller de estética impartido en La Rasilla Miércoles, 19 Febrero 2014 Taller de estética impartido en La Rasilla

La belleza por dentro y por fuera

Aunque la procesión vaya por dentro; aunque ese día no se tengan ganas para nada, para nadie; aunque la vida pase factura una y otra vez, hay que mantener el ánimo, lograr que los ojos reciban el reflejo de un alma que lucha por la vida, y nada mejor que contar con un aliado imprescindible: el espejo. Las mujeres que sufren cualquier enfermedad saben que puede ser su mejor amigo o su enemigo más implacable. Para contar con su complicidad la Junta Local de la Asociación Española Contra el Cáncer de Los Corrales de Buelna ha organizado un taller de estética para personas, mujeres especialmente, que sufren algún tipo de cáncer.

La presidenta de la Junta Local, Pilar Saiz Aguayo, una de esas mujeres, explicó lo que es una iniciativa que pretende atender todas las necesidades del paciente oncológico, incluido, y especialmente, su bienestar emocional. Por ello la Junta Local organizó un taller gratuito de estética en el salón de actos del centro social La Rasilla de Los Corrales de Buelna. Una treintena de mujeres valientes asistieron con ganas de aprender técnicas que les devuelva una imagen amiga desde el espejo.

Y lo lograron, aprendiendo cómo, dónde, con qué maquillarse; qué pañuelo, visera sienta mejor y cómo se coloca para dar una mejor impresión; qué pelucas ofrece ahora el mercado, cejas, postizos, prótesis capilares; y cómo aprovechar la fisonomía de cada cual para resaltar la belleza externa. Las técnicas a mostrar a los asistentes corrieron a cargo de la gerente de Arupe Soluciones Capilares y especialista en estética oncológica, Alicia Ruiz Pérez.

La presidenta de la junta local incidió, como la especialista, en el aspecto de los ojos, el espejo del alma. Son los que primero delatan la enfermedad, se quedan "tristes, sin vida, si alegría". Pero nada se resiste a la nueva estética: una raya en negro sobre los ojos, recuperar las pestañas caídas, resaltar la mirada; estrenar cejas o las distintas formas de ponerse un pañuelo, en forma de turbante, caído hacia atrás, mil y una formas que hacen de algo rutinario y triste, un juego cada día diferente.

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