El valle de Cieza espera con impaciencia la aprobación definitiva de un nuevo Plan General de Ordenación Urbana que permitirá abrir de par en par sus puertas a la modernidad y embellecimiento de un municipio que necesita de forma urgente nuevas normas para su supervivencia. El primer paso ya se ha dado con la aprobación inicial de ese plan, según confirmó ayer el alcalde, Agustín Saiz (PP). Anunció que desde hoy se expondrá al público, junto al definitivo informe de sostenibilidad ambiental, durante los próximos 45 días. Un mes y medio durante el cual, tanto el público en general como las personas físicas o jurídicas interesadas, podrán examinar ambos documentos y realizar las alegaciones y sugerencias que estimen adecuadas a su derecho. La exposición se hará efectiva en las dependencias municipales del Ayuntamiento de Cieza, de 11 de la mañana a una del mediodía, hasta finales del mes de agosto. Y, según el alcalde, se ofrecerá a los interesados la posibilidad de fijar una cita para que puedan consultar las dudas que surjan de la documentación al equipo redactor del plan, Apia XXI.
Entre tanto, quedan suspendidas las aprobaciones, autorizaciones y licencias urbanísticas en aquellas áreas cuyas nuevas determinaciones supongan modificación del régimen urbanístico vigente.
La necesidad del plan general, según explicó el alcalde, reside especialmente en la modernización de la calificación del suelo en todo el valle de Cieza, actualmente “trasnochada”, un lastre para cualquier tipo de actuación o expansión que quiera acometerse.
Actualmente, según Saiz, «nos encontramos con un gran problema, y es que solo hay terreno urbano y de especial protección, con limitaciones para obras en las casas, poner en marcha proyectos de viviendas sociales, abaratar el suelo para facilitar la construcción o favorecer la rehabilitación de las casonas antiguas. Todo termina siempre dependiendo de tener ese plan aprobado».
Límites que se quieren rebasar y otros que se mantendrán, como marca la ausencia de suelo industrial en el nuevo planeamiento. Y es que los objetivos son otros para un valle que quiere realzar su riqueza natural y paisajística para potenciar dos sectores principales, el agro-ganadero y el turístico. Porque, como señalaba el alcalde, ya se cuenta con grandes polígonos industriales en el vecino valle de Buelna.
También se requiere la nueva ordenación urbanística para poder agilizar proyectos como la construcción de viviendas sociales, “aunque los tiempos no son los mejores”, o habilitar zonas verdes o de recreo que incrementen ese tirón turístico del valle. No hay que olvidar que de los 44 kilómetros cuadrados que ocupa el valle, 16 pertenecen a la Reserva Natural del Saja-Besaya.
Hay cierta urgencia, no en vano en el último medio siglo el municipio ha perdido la mitad de su población, pasando de 1.200 habitantes en 1960 a los poco más de 600 en la actualidad. Pero no todo son malos datos. En los últimos tiempos se han recibido muchas peticiones para rehabilitar las viejas casonas que dan forma a los tres pueblos del valle, Villayuso, Villasuso y Collado. Recuperadas por descendientes de los primeros inquilinos, interesados de nuevo en volver a su pueblo, aunque solo sea en vacaciones, las peticiones de rehabilitación crecen y con ello la expectativa de embellecer cada uno de los pueblos del valle.
