Bomberos del parque de Los Corrales de Buelna y de Torrelavega, 061 y Policía Local unieron ayer de nuevo sus fuerzas para rescatar a un vecino de Los Corrales de Buelna afectado por una enfermedad de espalda que le deja rígido en un edificio donde la única opción es sacarle por la ventana. Una vez más, y cada vez más frecuente, el estado de salud de José Ignacio Pérez ha provocado todo un despliegue de profesionales de la seguridad y la medicina a mediodía de este martes para poder sacarlo de casa y trasladarlo al Hospital de Valdecilla. Un espectáculo que se repetía en la junio y en mayo y a finales y mediados del año pasado, y todo para terminar recuperándose más o menos y esperar a ver cuándo es la próxima vez.
De nuevo, José Ignacio no estaba para nada. El dolor le hacía gritar en algunos momentos y la cara de Beatriz Lasarte, su esposa, era un poema. No había palabras. Pero si incidían en que necesitan una solución ya. De hecho, Beatriz se quejaba de que, como este martes, los tiempos de espera se incrementan y desde que su marido quedó inmovilizado por su enfermedad hasta que pudo ser trasladado “ha pasado demasiado tiempo, no se le puede pinchar y dejarle en el suelo como si tal cosa”, lamentaba justo antes del traslado de José Ignacio al hospital. Su esposa reconoce que están a punto de perder la paciencia.
A media mañana su marido empezó a encontrarse mal y al poco quedó inmovilizado. Beatriz llamó a una vecina, Salu González, para poder colocarle a la espera de la llegada de los médicos. Desde ahí, el proceso, con más o menos tiempo, es el mismo.
El mal que sufre José Ignacio desde hace algo más de dos años hace que su cuerpo, sin previo aviso, se quede rígido, como un bloque, y en el edificio en el que vive, sin ascensor, nada se puede hacer para sacarle por las escaleras, especialmente estrechas. Así que en las cuatro últimas ocasiones han tenido que acudir los bomberos, primero los del parque de emergencias de Los Corrales de Buelna y, a continuación, los de Torrelavega, con una escalera mejor dotada para un rescate como el que hay que llevar a cabo con José Ignacio. Vive en un tercer piso y para poder bajarle y meterle en una ambulancia que le lleve de urgencia al Hospital de Valdecilla hay que montar todo un dispositivo que lleva, yendo todo bien, dos horas. Aunque bien es cierto que la parte que toca a los bomberos cada vez se realiza en menos tiempo.
Una vez más han pedido solidaridad. Beatriz Lasarte y José Ignacio Pérez solo anhelan poder llevar una vida más tranquila. Sin sobresaltos, sin ser protagonistas forzosos de un espectáculo como el de los últimos tres meses. Pero eso solo pasará en otra vivienda que permita el acceso de una camilla y el traslado al hospital en las mismas condiciones que otros enfermos. Sin necesidad de que los bomberos desplieguen sus escalas más potentes para sacarlos por una ventana, meterlo en una camilla y descenderlo con sumo cuidado hasta una unidad de emergencias.
Por eso su reivindicación se dirige a las entidades financieras, para que faciliten una permuta de su casa, en un tercer piso, por un bajo. Quiere las mismas condiciones de su vivienda para, de una vez, dejar de ser el centro de atención cada vez que su espalda queda rígida y la única posibilidad para sacarle de casa es una camilla y una escalera del Cuerpo de Bomberos. “Solo pido una permuta para salir de este atolladero que cuesta dinero al estado y a mi familia disgustos y sufrimiento”.
