Los vecinos de Cartes se expresaron este domingo con claridad, dejando patente que no quieren que se cambie el lugar en el que actualmente se celebra el mercado semanal, uno de los motores económicos de la villa, con más de 200 puestos ambulantes y miles de visitantes cada domingo. El gobierno popular-regionalista propiciaba el cambio, pero los votantes, especialmente los de Santiago de Cartes, los más afectados por la propuesta, alzaron su voz para solicitar que se quede donde está, cerca de la localidad pero fuera del centro. Fueron los que más votaron, aunque no llegaron al 40%. Mucho menos interés demostraron los votantes del resto del municipio, con mesas en las que se rondó el 10% de participación. Al final, de los más de 4.200 votantes, ejercieron su derecho 1.438, de los que 1.109 votaron por dejar las cosas como están. No es menos cierto que más de un millar de votantes eran de Santiago y de ellos, más de 900 votaron no. Una vez las cosas claras, el alcalde recordó que su apuesta por la consulta popular había sido un acierto. Se mostró más que satisfecho con una jornada plena de normalidad en la que “los vecinos han hablado y determinado que no quieren que el mercado se mueva, y así será, porque respetaré su voluntad”. También se mostró orgulloso de ser el primer municipio cántabro que estrena consulta popular. Y de “no haberme equivocado, porque si hubiera hecho caso a los que me decían que el traslado tenía que ser una decisión política, lo habría hecho contra la opinión mayoritaria de los vecinos”. Terminó asegurando que se estudiarán las mejoras precisas sobre el lugar que ocupa ahora, “el mejor plan de seguridad y emergencias que podamos y el ahorro máximo para las arcas municipales, pero respetando el lugar que los vecinos han señalado”.
La primera consulta popular que se celebra en Cantabria arrancó con toda normalidad, aunque algo tímida por la poca participación de los vecinos de Cartes en las dos primeras horas de votaciones, algo que preocupó a los organizadores. También el mercadillo arrancó con cierta frialdad, con lluvia ligera y miradas de reojo a las mesas electorales. Todas se constituyeron con normalidad y las votaciones comenzaron como se había previsto, a las nueve de la mañana en las ocho mesas abiertas en todo el municipio. La mañana fue mejorando y al mediodía el mercado empezaba a remontar, como las papeletas en las urnas. Sobre las doce menos cuarto se acercó a su mesa en Santiago de Cartes el alcalde, Bernardo Berrio, máximo propulsor de la consulta popular. Tras votar reiteró lo que ha venido diciendo en las últimas jornadas, que “lo importante es la consulta en sí, la posibilidad de que sean los vecinos los que, con sus votos, decidan lo que prefieren para el mercado”. La jornada terminó como había empezado, con total normalidad, a las ocho en punto de la noche, hora de cierre de las mesas y recuento. Un recuento que no necesitó muchas papeletas para dejar clara la intención de los vecinos. Según la secretaria del Ayuntamiento y representante de la Junta Electoral, las únicas dudas surgieron sobre el hecho de que así como los vecinos de la Unión Europea empadronados podían votar, los empadronados del resto de nacionalidades no. No hubo más anécdotas o problemas.
