Empleadas a las puertas de la residencia Martes, 15 Enero 2013 Empleadas a las puertas de la residencia

Cierra sus puertas la residencia para mayores de Las Caldas de Besaya

El personal del Centro Asistencial de la Tercera Edad Virgen de Las Caldas anunció este martes el cierre definitivo de las instalaciones, al hacerse efectivo un expediente de extinción de todos los puestos de trabajo de esa residencia. En total 12 empleados perdieron ayer sus trabajos y 19 personas mayores, todas dependientes, han sido recolocadas, en las últimas semanas, en distintos centros asistenciales de la región. La representación sindical de los empleados aseguró ayer que se han alegado causas objetivas para el cierre, aludiendo principalmente a pérdidas económicas y la imposibilidad de asumir las obras de reforma que exige la nueva normativa en un edificio con más de un siglo de existencia. Pero sindicatos y empleados no están de acuerdo, y achacan el cierre a la “falta absoluta de interés por parte de la actual dirección, dejación de funciones y nula implicación con el funcionamiento y futuro de la residencia”. Así se expresaron ayer a las puertas de la residencia, ya cerrada definitivamente. Ahora quedan en manos de un abogado para recuperar los sueldos que se les adeudan, desde noviembre. La residencia ha estado, desde su apertura el 16 de noviembre de 1999, en manos privadas, siendo el edificio y entorno propiedad de los padres dominicos del Santuario de Las Caldas de Besaya. A pesar de la situación del edificio, los trabajadores explican que hace apenas cuatro años se afrontó la reforma de la tercera planta para adaptarse a la normativa, expresando su opinión de que con un esfuerzo se podría adaptar el resto del edificio y continuar con su servicio. Incluso aseguran que no había más residentes por la falta de dirección de un centro que tenía peticiones de admisión que no eran contestadas. Bien es cierto que las reformas necesarias de la primera y segunda planta tenían que haberse acometido antes de noviembre del pasado año, momento en el que empieza a hablar ya del posible cierre del edificio.

En cuanto a los familiares, fue desde el Gobierno de Cantabria, el departamento de dependencia, desde donde se les informó a mediados del mes de diciembre. Se les ofrecieron tres opciones, residencias en Santander, Puente Viesgo y Comillas. Y en principio se han mostrado de acuerdo con la información y la colaboración a la hora de encontrar un nuevo destino y el traslado al centro elegido.

El problema se conoció a finales del pasado año. Ante las reiteradas quejas de proveedores de la residencia a los padres dominicos por la falta de pago, estos convocaron una reunión con el entonces gestor, Vicente Temes Ortiz. En esa reunión, el 5 de diciembre, se habló de la problemática situación de la residencia y se puso sobre la mesa la dimisión del gestor. Al poco tiempo se da forma al expediente de extinción de empleos, que entró en vigor este martes. En principio, la deuda estimada es de unos 45.000 euros, además de los sueldos impagados y la estimación de las reformas necesarias. Una situación de liquidación que, a petición de los padres dominicos, ha quedado en manos de Alfredo Zornoza, perfecto conocedor de una residencia que gestionó en sus primeros años.

Por la implicación de los padres dominicos, los empleados enviaron ayer mismo una carta al Santuario de Las Caldas de Besaya. En esa carta se reconoce su “disgusto” y se incide en que “nos hemos dejado la piel en hacer que la empresa saliera a flote”. El personal explica que “durante los últimos cuatro años hemos vivido un auténtico calvario”, y relatan “inundaciones, cortes de agua, de luz, fugas, falta de calefacción, situaciones resueltas por los trabajadores sin ningún tipo de ayuda por parte de la dirección”. También recuerdan que no han tenido ningún tipo de apoyo en casos extremadamente difíciles que hemos resuelto felizmente intentando dar una buena imagen de la empresa”. Terminan asegurando que dejan la casa “perfectamente limpia y ordenada a su entera disposición”. Por lo demás, explican que su dedicación ha permitido en estos años que los residentes no notaran ninguna deficiencia, “con un trato familiar y cercano en todo momento”.

La residencia está emplazada en la antigua Casa de Ejercicios de los Padres Dominicos, que regentan este inmueble desde 1960, año en el que heredaron esta casona del Conde de las Bárcenas. Tanía capacidad para acoger a 35 personas y una superficie cercana a los 1.600 metros cuadrados, un edificio rodeado de una finca de 40.000 metros cuadrados atravesada por el río Besaya de los que 10.000 son jardines. El edificio cuenta en su planta baja con una recepción, capilla, despachos, salas de actividades, sacristía y sala de visitas, entre otros servicios. En el resto de las plantas, cuatro en total, se reparten el comedor, las cocinas y las despensas, así como la sala de lavado y plancha, salón de reuniones, peluquería y enfermería. Las habitaciones son 17 individuales y nueve dobles, cada una con baño geriátrico y exteriores.

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