Un buen número de vecinos de Los Corrales de Buelna están expresando estos días ante el Ayuntamiento y los grupos municipales su preocupación por las cantidades que se están pagando por el Impuesto de Bienes Inmuebles, con subidas más que notables a pesar de que el coeficiente local no se ha modificado en los últimos dos años y tampoco se ha aplicado ninguna subida al impuesto en sí. El concejal socialista Roberto del Val fue el encargado de explicar ayer mismo, ante las muchas quejas que se han planteado en la Agrupación Socialista, que las subidas que se están notando en la gran mayoría de los recibos se deben a una ley del Gobierno de la Nación por la que se obliga a los ayuntamientos a aplicar un coeficiente mayor al de Los Corrales de Buelna para un gran número de casos. Así, si en Los Corrales de Buelna se aplica un coeficiente del 0,680% que se aplicará a la base imponible, el Estado obliga a aplicar el 0,710% a garajes, locales, terrenos y residencias por encima de la media que dictamine el catastro teniendo en cuanta todas las del municipio, lo que provoca que la gran mayoría de las viviendas del pueblo esté en esa tesitura. De tal forma que en Los Corrales de Buelna se aplica un coeficiente del 0,68% que se multiplica a la base líquida y se divide entre 100 para determinar lo que se paga. El aumento de ese 0,68 a un 0,71 es lo que está determinando las fuertes subidas en el pago del IBI.
El concejal exculpó al Ayuntamiento incidiendo en que no se ha tocado el coeficiente y no se ha aplicado ninguna subida al resultado, “pero por ley del Gobierno de la Nación se aplica este coeficiente para incrementar los ingresos de los ayuntamientos”. Y no solo será este año, sino también el que viene, cuando dos cuestiones más vendrán a incrementar la factura y la preocupación. Por un lado una subida de un 20% prevista para el año que viene por el incremento de la valoración de los bienes surgida tras la revisión catastral. Y, además, el poco margen que tendrá el Ayuntamiento para cualquier tipo de maniobra tendente a reducir la repercusión de ese impuesto en los vecinos, ya que al haberse acogido a la ley de pago a proveedores al Ayuntamiento se le exige un equilibrio presupuestario en los próximos cinco años que podría romperse con una rebaja del coeficiente del IBI. De todas formas, Roberto del Val apuntó a la posibilidad de tomar medidas dada la buena situación económica de un Ayuntamiento que cerró 2011 con 400.000 euros de superávit.
