El símbolo por excelencia de la villa medieval de Cartes, los Torreones, ya forma parte del patrimonio de todos los cántabros, tras la publicación en el Boletín Oficial del Estado de la resolución de la Consejería de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno regional proponiendo para esa fortaleza la declaración de Bien de Interés Cultural con categoría de monumento. En Cartes todos los caminos llevan al emblema de esa villa, los Torreones de Cartes, una fortaleza militar que se muestra tan sobria como necesitada de ayuda. Por todo ello, por ser emblema de la villa y, especialmente, su preocupante estado de salud, los gobiernos regional y local se han puesto manos a la obra para acometer en esta legislatura la recuperación de parte de su estructura.
Por eso dos han sido los pasos que se han dado ya, en tan solo unos meses. El primero fue aprobar, por parte de la Consejería de Educación, Cultura y Deporte, una subvención de 146.238 euros con la que llevar a cabo la restauración de la cubierta del edificio y mejorar su aspecto exterior. El segundo se daba a finales el pasado año, cuando la Dirección General de Cultura, a propuesta de la Comisión Técnica de Patrimonio Edificado, abría el expediente para la declaración de los Torreones de Cartes como Bien de Interés Cultural con la categoría de monumento, protegiendo tanto el edificio en sí como su entorno.
El proceso ha culminado este lunes con la publicación en el BOE de la resolución del Ejecutivo regional de fecha 8 de marzo en la que ratificaba ese proceso. No en vano se trata de una imponente casa-torre defensiva cruzada sobre el Camino Real de Cartes, construida por la familia Manrique en el siglo XV para defenderse de los cercanos señores de la Vega. Fue a lo largo de los siglos muchas cosas, entre ellas sede de la justicia para el valle de Toranzo, con funciones de audiencia y cárcel, y residencia del corregidor condal. Puntualmente los torreones de Cartes tuvieron una función militar en conflictos contemporáneos como la Guerra de la Independencia, las Guerras Carlistas y la Guerra Civil. Convertido en símbolo popular de Cartes, el edificio es la guinda de un pueblo declarado conjunto histórico-artístico en 1985. Por último señalar que el entorno de protección delimita toda la superficie de la propia finca donde se ubican los torreones.
