Lo semáforos que regulan el tráfico pesado por el túnel de la Estación de Los Corrales de Buelna han vuelto a fallar. El único paso bajo las vías del tren con que cuenta el municipio se hizo mal, como se reconoce ahora de forma general, estrecho y en curva, dificultando, cuando no impidiendo, que dos grandes transportes se crucen en él. Para aliviar ese riesgo se instaló un sistema de semáforos que se activa con sensores de peso en las dos bocas del túnel. Pero el sistema no ha hecho más que dar problemas, fallos en la regulación del paso debidos, generalmente, al mal funcionamiento de esos sensores.
En el último pleno celebrado por la Corporación el concejal de VOX, José Joaquín Bengochea, puso voz a una queja general, una nueva avería en esos semáforos. Hace semanas que solo parpadea el color ámbar con el riesgo de accidente especialmente para grandes transportes, que tienen que atravesar ese subterráneo cruzando los dedos para no encontrarse de frente otro camión o autobús.
El alcalde, Luis Ignacio Argumosa (PRC), explicó que el problema "es el de siempre", el mal funcionamiento del sensor que detecta la llegada de camiones o autobuses y cierra el paso a los que vienen de frente. Hace más de un mes que se solicitó la reparación a la empresa encargada y ésta pidió un nuevo sensor, que se fabrica en EEUU, con lo que tardará en llegar.
Argumosa afirmo que han pedido a la empresa responsable que agilice la reparación y abundó en que, entre tanto, habrá que acordar con Carreteras del Gobierno regional la instalación, porque toda la obra dependerá de ese departamento, al ser una carretera autonómica. "Estamos metiendo prisa porque sabemos que hay un peligro claro de accidente", reconoció.
Como solución a la estrechez de ese túnel, los semáforos han pretendido desde su instalación, con escaso éxito, evitar que en su interior se crucen dos grandes transportes. Por eso los fallos de las señales luminosas han traído más de un problema a los conductores de camiones o autobuses que, según las personas que atraviesan ese punto a diario, han tenido que frenar o ralentizar su velocidad en más de una ocasión para facilitar el cruce con otros transportes sin provocar roces entre vehículos o con las paredes laterales, algo por otra parte demasiado habitual hasta que se retiraron los paneles de esas paredes. En 2007 los semáforos se conectaron a sensores que detectan los ejes de los transportes, los clasifican y activan la señal roja para regular el paso del tráfico pesado, algo que, a la postre, no ha terminado de dar el resultado esperado. Un deficiente funcionamiento que ha tenido en ocasiones una variante igual de preocupante, demasiado tiempo en rojo los semáforos provocando largas colas de conductores cada vez más artos de ese sistema, sobre todo teniendo en cuenta que son miles los vehículos que utilizan ese túnel a lo largo de una jornada.
