Bomberos del parque de emergencias de Los Corrales de Buelna, Servicio de Montes y la Agrupación de Voluntarios de Protección Civil de la localidad trabajaron durante buena parte del jueves para atajar el incendio iniciado en la noche del miércoles en el monte Gedo. Una zona de muy difícil acceso que obligó a los bomberos a extender monte arriba mangueras desde la carretera Nacional 611 para evitar que el intenso incendio llegara a algunas de las casas diseminadas por ese monte.

El fuego afectó principalmente a un eucaliptal y un pinar próximo a esa carretera, algo que no impidió que se mantuviera abierta con normalidad durante todo el día, a pesar del riesgo de que alguno de los árboles incendiados o grandes piedras de esa ladera terminaran cayendo a la calzada, como alertaba la concejala de Montes del Ayuntamiento de Los Corrales de Buelna, Isabel Fernández Quijano, que, como ha hecho estos días siguió de cerca las tareas de extinción.

El fuerte viento de la zona, un cañón por el que el sur entra con intensidad, provocó la aparición de nuevos focos frente al cruce de acceso a Somahoz de Buelna que obligaron a los equipos de emergencia a repartirse en varios frentes, aprovechando los dos vehículos del parque de bomberos, los del Semca y el camión moto-bomba de Protección Civil.

A primera hora de la tarde el fuego salió de la arboleda y el esfuerzo de los profesionales daba su fruto. Sobre las 17 horas apenas quedaban rastros de humo y los bomberos preparaban su marcha del lugar. De todas formas alertaban de que no se podía hablar de que estuviera totalmente extinguido y ponían el punto de mira en el más que posible recrudecimiento de las rachas de viento durante la noche. Sobre las siete de la tarde se pudieron ver pequeñas llamas en la misma ladera, en las proximidades del cruce de acceso a Somahoz.

El olor a humo se mantenía en todo el valle. Llegaba hasta la otra punta del municipio, a Coo, donde estaba ya la concejala de Montes, que además es presidenta de la Junta Vecinal. Por la mañana, mientras se trabajaba en el Gedo, afirmaba que "es imperdonable hacer lo que hacen, porque el fuego comienza en un punto pero nunca sabes dónde va a terminar". Lo decía con la mirada puesta en uno de los puntos de mayor preocupación del día, una vivienda muy cercana a los límites a los que habían llegado las llamas. "Paso las noches prácticamente en vela, saltando cada que vez que oigo un ruido o huelo a humo. No puedo aguantar, me levanto y me voy a donde están los equipos para hablar con ellos y con los vecinos". "Esto es insoportable".

Uno de los responsables de la agrupación de Protección Civil de Los Corrales de Buelna, una de las más numerosas y cualificadas de Cantabria, lamentaba el escaso margen de actuación que les queda, a pesar de estar perfectamente equipados y tener muchos años de experiencia en los fuegos, decía Amando Ordorica. Desde la noche del miércoles han estado a la espera de entrar en acción. El jueves apenas pudieron controlar a primera hora de la mañana el tráfico en la Nacional 611 cuando el fuego fue más intenso en ese punto y a mediodía se desplazaron al barrio de la Contrina, para controlar posibles focos cerca de las viviendas. De todas formas, Ordorica incidió en que están "pendientes en todo momento" de los que se les requiera, ya sea con su equipo o con el conocimiento del terreno.

Lo cierto es que todos, bomberos, personal de Montes, voluntarios y concejales, lo que quieren es que se acabe el sur y los incendiarios dejen de hacer de las suyas.

En un jueves más que complicado en toda la Comunidad Autónoma, Bárcena de Pie de Concha y Molledo se han sumado a los municipios con incendios en sus montes. La alcaldesa de Molledo, Verónica Mantecón, seguía muy de cerca la evolución del fuego en Santa Marina, encima de  Silió. Mientras, el alcalde de Bárcena de Pie de Concha, Agustín Mantecón, también estaba pendiente de un incendio desatado en la zona conocida como Cuchío, en las laderas que llegan al pantano de Alsa, aunque según el alcalde el fuego estaba en fase de ser controlado.