Cartes se reinventa este domingo para convertirse en marco de la Cantabria tradicional en el fondo, recuperando costumbres, y en la forma, vistiendo la villa y gentes al uso, dando un paso atrás en el tiempo para poner en valor la cultura regional. Así lo explicó el alcalde de Cartes, Agustín Molleda, el primer convencido, "por devoción más que por obligación", de que el primer 'Conceju Folk', como se ha llamado a la cita, "viene para quedarse" en el calendario de grandes fiestas de Cantabria. También será el primero que salga a la calle ese domingo con su traje regional, "porque como saben los que me conocen esto es lo que me va, la camisa a cuadros y pañuelo más que traje y corbata". Así ha animado a que cuantos se acerquen a la villa lo hagan con traje regional, para participar en una jornada "para toda la familia" que arrancará sobre las 11 de la mañana y que incluye juegos tradicionales infantiles, mercado artesanal, exhibición de escuelas de folclore, con más de 200 participantes, pasada de ganado tudanco, con cerca de 300 reses, exhibición de deportes rurales y conciertos como el de los Hermanos Cosío, que cerrará la jornada a las seis de la tarde.

Un programa muy completo "hecho con cabeza pero sobre todo con mucho corazón", decía Molleda en la presentación de una fiesta que aprovechará el conjunto histórico de Cartes como marco especial y el Camino Real como cañada para la pasada tudanca, regresando a los tiempos en los que fue paso obligatorio para las caravanas que llegaba de la meseta con dirección a Santander.

Todo el municipio se ha implicado, los vecinos y vecinas, cosiendo trajes, preparando decorados y detalles, colectivos como La Pulga o la Asociacion de Riocorvo en la organización, los colegios, animando y pertrechando a los niños y jóvenes para participar, implicándose junto a sus familias. Un "trabajo incansable de cientos de personas, imprescindible el trabajo e imprescindibles ellos para que todo salga bien", agradeció el alcalde.

El objetivo es "poner en valor nuestra cultura en la cuna de las tradiciones montañesas, asumiendo que no está de moda entre las jóvenes generaciones, que no comparten el gusto por nuestro folclore, en parte por cuantos han primado en las fiestas populares la barbacoa frente a nuestro ADN". En definitiva, dijo Molleda, "un día completo para disfrutar todos juntos, para revivir costumbres, presumir de cultura y vestir tradiciones, que eso sí que es lo que toca".