Esther Mentiguchía repasa todo lo hecho hasta ahora en la adecuación de los dos edificios, especialmente en la futura biblioteca Lunes, 27 Septiembre 2021 Esther Mentiguchía repasa todo lo hecho hasta ahora en la adecuación de los dos edificios, especialmente en la futura biblioteca

Preparativos para recibir los nuevos servicios en el Espacio La Plaza

El equipo de gobierno de Los Corrales de Buelna está trabajando en los últimos detalles previos a la apertura de los nuevos edificios de la plaza de la Constitución. La concejala Esther Mendiguchía está supervisando la instalación del mobiliario y las mejoras añadidas en funcionalidad y decoración de las diferentes salas de lo que será la biblioteca municipal, archivo y centro cultural. Esta semana se han colocado paneles de flores no naturales a modo de jardín vertical en la sala de acceso principal a la biblioteca y se ha instalado el acondicionamiento acústico tanto en techo como en paredes en varias salas adyacentes al espacio destinado al estudio (sala multiusos, sala de lectura y la propia sala de estudio).

Las previsiones son terminar de amueblar y acondicionar los edificios en las próximas semanas, teniendo en cuenta que la mudanza de la biblioteca se prevé comenzar el próximo martes con una duración de unas dos semanas. Algo que obligará a cerrar el servicio durante el tiempo que dure el traslado e instalación de todo el material.

A la par, Mendiguchía está coordinando el equipamiento de la Oficina de Información Juvenil, ubicada en el mismo edificio que ocuparán las aulas de arte, música y teatro, y de lo que será la primera Oficina Municipal de Turismo, en este caso junto a la concejala de Educación, Cultura y Ciudadanía, María Ángeles Lombilla. Explicó que ya se ha dotado de todo lo necesario a la sala multiusos (material audiovisual, tarima escenario, estores para reducir la entrada de luz en actuaciones y proyecciones) y se termina ya la adecuación del resto de espacios.

Mendiguchía incidió en "una de las sorpresas más llamativa" de toda la labor que está desarrollando, el "imprescindible" acondicionamiento de la instalación eléctrica a las necesidades reales de una biblioteca. El ejemplo es claro, dijo, había dos tomas de datos y cuatro enchufes para 14 plazas de estudio, "insuficiente si se tiene en cuenta el modo de estudio actual, mayoritariamente con ordenadores". Además, se ha incrementado la capacidad de la biblioteca para dar cobertura a los estudiantes, añadiendo otras cuatro plazas en una sala adyacente. En ese campo también se ha revisado el sistema de iluminación de cada puesto de estudio.

El trabajo que se ha hecho en estos dos años ha sido ingente, señaló. Tanto que se ha extendido a la puesta en macha de los ascensores, los sistemas de extinción de incendios, de climatización y renovación de aire, instalación del sistema de alarma y cámaras de vigilancia, tanto dentro (en cada planta), como en los garajes y exteriores del edificio. Sin olvidar, dijo, los trabajos ya realizados; "insonorización de las aulas de música, imprescindible para su óptimo funcionamiento y no planteado en el proyecto original; el cambio en el suelo del edificio del centro cultural, obligado; o la adecuación de los puestos de trabajo en la sala donde se ubicará la actual oficina de recaudación".

También se ha tenido que gestionar la limpieza de los edificios, para antes de la colocación del mobiliario, previa a la inauguración y para lo que será el día a día de esas instalaciones una vez abiertas; ha habido que colocar espejos y dispensadores de papel, jabón, hidroalcohólicos; comprar el material necesario para aseo, limpieza y desinfección, "todo lo necesario para cumplir con las medidas sanitarias básicas y las marcadas por la situación actual"; y se avanza en la contratación e instalación de la línea de teléfono y de fibra, "algo que en los tiempos en los que estamos y aunque parezca imposible, está siendo una de las tareas más complicadas, incluso estando el edificio situado en el mismo centro del pueblo".

Esther Mendiguchía ha explicado que una de las mayores complicaciones ha estado en salvar las grandes cristaleras, ubicar las estanterías necesarias para los ingentes fondos bibliográficos, acoplar y compaginar zonas de estudio y trabajo con zonas de lectura y esparcimiento, "y todo en un entorno acogedor, moderno y que cumpla cada una de sus finalidades, intentando cubrir de la mejor manera las insuficiencias que se encontraron en el proyecto original".

Sobre el mobiliario de la biblioteca explicó que se ha adecuado a cada sala, "en constante contacto" con la responsable del servicio, Ana Ara. El ejemplo de la elección acorde a cada espacio es el de la sala multiusos, una habitación ideada como 'bebeteca' por una parte, con muebles vistosos acordes a los usuarios más pequeños, y como sala multiusos para actuaciones, cuentacuentos, lecturas, "un mobiliario que se podrá poner y retirar de forma fácil para cada momento".

"Por fin se van haciendo realidad, visibles, cada uno de los pasos dados y el trabajo realizado todo este tiempo. Un trabajo que se ha ido dilatando, tanto por la situación sanitaria en la que nos hemos visto inmersos todos, como por la búsqueda de soluciones para lograr la mayor funcionalidad y eficiencia de las instalaciones, la respuesta más práctica y realista posible. Seguro que habrá fallos, quedarán cosas por subsanar una vez abiertos los edificios, no estará a gusto de todos, pero la realidad es que van tomando forma y color. Ahí ha quedado mucha ilusión, dedicación, horas intentando siempre ponernos en el lugar del usuario y teniendo en cuenta que partimos de unas instalaciones ya existentes. Pero va quedando menos para poder disfrutar, sacar partido y dar vida a un espacio que, sin duda, va a ser un gran punto de encuentro y referencia, tanto para nuestros ciudadanos como para quienes nos visiten”.

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