Silió cumplió en la noche del sábado con una de sus más arraigadas tradiciones, el ‘pinado’ de la Maya, dos robles unidos de más de 24 metros de largo contra la destreza de 30 hombres del pequeño pueblo de Molledo, todos bregados ya en una tarea que sigue haciéndose a golpe de riñón, cuerdas, trócalas, horcas y andamios de madera, como se hacía antiguamente.

Este año era «especial», así lo había avanzado el presidente de la Asociación Cultural de Mayeros de Silió, Sergio Balza, hablando en nombre de todos los que participan en esa cita. Habían pasado dos años desde la última vez, con una crisis sanitaria y social por medio, y había ganas. Pero también había «responsabilidad», por lo que se aplicaron a rajatabla las normas higiénico sanitarias obligadas para la ocasión.

En poco menos de 45 minutos todo terminó, la Maya reinaba en la plaza de Santiago de Silió y la mucha gente reunida para ver el empuje de los habitantes de Silió aplaudía a raudales.

La experiencia de quienes dirigen el ‘pinado’ y el tener, un año más, con todos al ‘Tin’, Vicente Terán, marcando los tiempos, hizo mucho para que nada se torciera. El ‘Tin’ no quiso perderse la ocasión, con sus 100 años cumplidos allí estuvo, respetado y querido por todos los mayeros.

También estuvo la alcaldesa, Verónica Mantecón, agradeciendo el esfuerzo por recuperar una tradición centenaria como esa.

César Rodríguez, máximo responsable de la Vijanera, la otra gran tradición de Silió, ya pensaba en el primer domingo del año que viene, en poder recuperar también la gran mascarada cántabra.

Con la Maya presidiendo de nuevo la plaza de Santiago en Silió, Sergio Balza tiene en mente dar continuidad a al reconocimiento regional de la importancia de esa fiesta. "La tramitación para su declaración como Fiesta de Interés Turístico Regional se frenó con el confinamiento pero seguiremos trabajando por un reconocimiento que nos merecemos de largo y desde hace mucho tiempo”. Como había hecho ya la semana pasada insistió en que “no somos de exhibir títulos pero tampoco debemos dejar de lado el justo tratamiento a una celebración como la nuestra, la recuperación año tras año de una tradición centenaria, cuando menos".