Los trabajadores de Cadmasa descansarán en el antiguo colegio de las monjas de San Felices Sábado, 28 Marzo 2020

Los trabajadores de Cadmasa descansarán en el antiguo colegio de las monjas de San Felices

Dos noches han pasado los trabajadores del centro de atención a la dependencia Cadmasa de Las Caldas de Besaya en el pabellón polideportivo de Los Corrales de Buelna. La noticia sobre su situación ha llevado al Ayuntamiento de San Felices de Buelna a mover ficha y gestionar, en apenas una hora, la puesta a disposición de la plantilla de una residencia que, según el director de Cadmasa, Rubén Otero, está "espectacularmente bien". Un nuevo empujón de ánimo para unos trabajadores que tras días de decepciones continuas, han comprobado que aún queda esperanza.

El antiguo colegio de la Congregación de la Divina Pastora lo tiene todo, habitaciones comunes e individuales, duchas, salones, dos cocinas, un gran patio cerrado. Hasta huerta, por la que darse un paseo y respirar a fondo, sin mascarillas por medio. Así lo explicaba el alcalde en funciones de San Felices de Buelna, Federico Crespo, encargado de poner fin a una situación que no era la mejor para una plantilla que había decidido arriesgar su salud para continuar cuidando a cerca de un centenar de residentes. "Hasta los grandes balcones al sur les van a encantar", decía Crespo, feliz por el apoyo recibido tras las dos llamadas que tuvo que hacer.

La primera al alcalde de Los Corrales de Buelna, Luis Ignacio Argumosa Abascal. El acuerdo se fraguó en dos frases, la puesta a disposición de Los Corrales de ese convento y la de agradecimiento de Argumosa. "No sabes el favor que nos haces, porque nosotros teníamos claro que no era la solución adecuada y mucho menos definitiva", dijo el alcalde de Los Corrales antes de poner en contacto a Crespo con el director de la residencia de Las Caldas.

Habían pasado cinco minutos y estaba llamando a Rubén Otero. En poco tiempo se trasladó de Las Caldas a Rivero, en San Felices de Buelna, y no tuvo duda tras ver el complejo: "está espectacularmente bien". Después, al explicar la "buena noticia", enumeraba las ventajas del edificio, camas de sobra, cocina, habitaciones individuales, "un lugar para que las chicas que no trabajen al día siguiente puedan estar ahí tranquilas y descansando realmente". "Vengo como loco de contento tras verlo y agradecido por las gestiones que ha hecho esta emisora de radio y los ayuntamientos, como no puede ser de otra manera".

El director le trasladó la noticia a los trabajadores y a partir de ahí se montó el dispositivo de traslado por parte del Ayuntamiento de Los Corrales de Buelna, Policía Local y Protección Civil, como ya habían hecho para trasladar los colchones de Las Caldas al pabellón de Los Corrales.

Una carretera comunica en cinco minutos Las Caldas con Rivero, con lo que los trabajadores están muy cerca de su puesto de trabajo "y en unas condiciones magníficas", apuntaban ayer tras agradecer a Los Corrales una solución que les ha permitido descansar durante las dos últimas noches.

El colegio de las monjas

Su destino fue durante casi un siglo un internado para chicas gestionado, desde 1893, por la Congregación de la Divina Pastora. Se ha venido mantenido abierto, bien cuidado y ahora tendrá una segunda vida. El lunes el alcalde en funciones de San Felices de Buelna, "viendo cómo se estaba expandiendo la enfermedad y sus posibles consecuencias" se puso en contacto con la máxima autoridad de la congregación para poder contar con esa residencia. Se le dio el visto bueno y a la primera de cambio se ha demostrado que ese anticipo fue providencial.

Federico Crespo detalló que tiene tres grandes habitaciones comunes con 15, 26 y unas 50 camas cada una; también tiene seis habitaciones individuales, con balcones; está dotado de tres grandes salones, dos cocinas y baños completos suficientes; tiene un gran patio cerrado e incluso huerta, para darse un paseo, decía; y, por si se requiere, una pequeña capilla.

Los dos alcaldes, Argumosa y Crespo, y Rubén Otero se congratularon de una colaboración «que tiene un objetivo claro, el dar comodidad a los trabajadores y poner coto a una hipotética propagación del virus», dijo el director de Cadmasa.

Lo cierto es que no fue la única opción que se pudo manejar en el día de ayer. Tras conocer la noticia, la comunidad de La Salle también trasladó su disposición a abrir las habitaciones de su complejo en Los Corrales para albergar a los trabajadores de Cadmasa. Una plantilla emocionada ante una respuesta que llegaron a creer que no tendrían.

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