Meli Meñaca y Luis Ángel Aguado en su vivienda de Arenas de Iguña Lunes, 10 Febrero 2020 Meli Meñaca y Luis Ángel Aguado en su vivienda de Arenas de Iguña

"No sabemos cómo agradecer tantas llamadas de apoyo durante estos días"

El 15 de enero una familia de Molledo perdió todos sus bienes, los enseres domésticos y objetos personales, en un incendio que acabó con la casa en la que vivían de alquiler en Santa Cruz de Iguña. Apenas 20 días más tarde el Gobierno regional ha habilitado un piso de protección oficial en Arenas de Iguña para esa familia y la comarca se ha volcado, ofreciéndoles lo más indispensable para rehacer sus vidas. "No lo esperábamos, nos ha sorprendido la respuesta de la gente, mucho y muy gratamente, no sabemos cómo agradecer tantas llamadas de apoyo durante estos días", decían ayer Meli Meñaca y Luis Ángel Aguado, el matrimonio que está reiniciando de cero su vida.

Decenas de personas han respondido al llamamiento del Ayuntamiento de Molledo pidiendo ayuda para una familia con limitados recursos económicos que se había quedado absolutamente sin nada. Tanto es así, que hoy martes se reunirán en el Consistorio las personas que han elaborado la lista de ofrecimientos para valorar lo que se tiene ya y centrar la petición de ayuda en aquellos bienes que aún sean necesarios.

Así lo explicó ayer la alcaldesa, Verónica Mantecón, «emocionada» ante la respuesta de los vecinos de toda la comarca. «Fue hacer público nuestro llamamiento y enseguida comenzaron a llamar vecinos ofreciendo todo tipo de enseres. El primero un establecimiento de electrodomésticos de Los Corrales, que trajo un microondas, una televisión o una batidora, por ejemplo», decía. "Son tantas cosas que hay algunas personas a las que hemos tenido que decir que ya tenemos lo que nos ofrecían", explicaba Luis Ángel.

Tras el incendio vivieron en casa de su cuñada hasta que el sábado 31 de enero firmaron el alquiler con Gesvican para entrar a vivir en un piso de protección oficial de Arenas de Iguña, la misma urbanización que hasta hace poco ocuparon los vecinos desalojados de San Mateo de Buelna. A Meli le gusta el piso, tanto que no echa de menos su anterior vivienda, "lo que echo de menos son los recuerdos, sobre todo las fotos, las hemos perdido todas". En cambio Luis Ángel sí lo echa de menos, "a mí me gustaba donde vivíamos, era mi cueva, como yo decía, pero estaba feliz". Él también añora las fotos, los recuerdos. El resto, "hay que asumirlo y comenzar de cero, no hay otra".

Cuando entraron en el piso de Arenas tuvieron un pequeño bajón. "Estaba muy bien, tenía la cocina y el baño, un sofá, una mesa y cuatro sillas, y al principio se me hizo un poco duro, pero ahora me gusta", explicaba Meli. Una semana más tarde la alcaldesa hizo el llamamiento y empezaron a llegar enseres. "El primero Nino, que nos dejó sorprendidos con la tele, el microondas, de todo".

Son muchas las cosas que ya tienen, «incluso camas y colchones», pero hay «detalles» que aún se necesitan, decía Verónica Mantecón, «desde un espejo de baño a muebles para el dormitorio o simplemente vasos», ponía como ejemplo la alcaldesa.

Lo que más necesitan

Meli y Luis Ángel insisten en los muebles. Es lo que más necesitan ahora. "Algún mueble para meter platos y vasos en la cocina, porque está bien equipada pero no tenemos donde guardar cosas". También muebles para los dormitorios y el salón, "para guardar la mucha ropa que nos han traído, o para la sala", apunta él, mirando de reojo las dos cajas de cerveza que sostienen la televisión. Aunque al respecto también esperan algo porque algunos familiares les han prometido muebles para esa sala. "Son cosas básicas las que necesitan, cortinas, estores, lo que sea será bien recibido", decía Verónica Mantecón. Ellos, el matrimonio, también apuntalan esa afirmación, "lo que sea será bien recibido, porque es mucho el agradecimiento y nos duele tener que decir que no a alguna cosa que ya tenemos". Por pedir, entre sonrisas, pedían una radio, que no tienen donde escucharla.

Reconocen (más Luis Ángel que Meli) que están más animados. La recuperación es lenta pero tienen claro que no hay marcha atrás, aunque las imágenes del incendio no se les van de la cabeza. Ahora quieren sustituir esa imagen con la de las personas que se acercan a darles ánimo y llevarles cosas, con la del teléfono sin parar de sonar. Una de ellas es Verónica Mantecón para saber cómo van: "la estamos muy agradecidos porque se ha movido desde el primer momento y suya es mucha culpa de que ahora estemos aquí, recuperándonos".

Coordinación de las ayudas

Hasta que se elabore una lista concreta de bienes necesarios, se mantendrá habilitado el teléfono de colaboración, el 942 828 950, y la sede de la recogida, el centro cultural Evaristo Silió.

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