El padre Ángel saludando a los residentes Martes, 30 Julio 2019 El padre Ángel saludando a los residentes

Madernia cumple una década como residencia para mayores

(En el reproductor, entrevista exclusiva de Nacho Cavia al Padre Ángel).

Las cerca de 100 personas que viven y trabajan en la residencia de Madernia vivieron este martes un día especial. Los mayores miraban, entre sorprendidos y asombrados, el revuelo que supuso la conmemoración del décimo aniversario de esa residencia, con presencia incluida del padre Ángel García, fundador y presidente de Mensajeros de la Paz, promotora y gestora del geriátrico. La intimidad, la rutina del día a día se vio felizmente alterada por autoridades, familiares y amigos en los actos organizados para conmemorar el cumpleaños. Ninguno se quedó sin el saludo y las cariñosas palabras del padre Ángel. Aprovechando que había llegado un poco antes que el resto de las autoridades dedicó ese tiempo a los residentes, uno por uno, y los trabajadores del centro. Con él estuvo en todo momento la joven directora, Concepción Luiña, feliz por la presencia de un hombre "al que admiro por su capacidad de trabajo, la energía que desprende" y por el aniversario en sí. También estuvo la alcaldesa de Molledo, Verónica Mantecón, el de Bárcena de Pie de Concha, Agustín Mantecón, y el presidente de la Mancomunidad de Iguña, Pablo Gómez, alcalde además de Arenas de Iguña. Tras la Santa Misa, oficiada por el propio padre Ángel, llegó el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, además de Ana Belén Álvarez, consejera de Empleo y Políticas Sociales, o el presidente de Amica, Tomás Castillo.Y como no, una nutrida representación de Mensajeros de la Paz, liderada por el responsable en la zona occidental, José Ramón Campos, una de las personas que hizo posible poner en pie la residencia de Madernia.

La directora destacó el trabajo de todos los profesionales del centro y abogó por un "cambio de filosofía" en el trato a los mayores, "acercándonos más a ellos". Bajo su batuta la residencia lleva tiempo sin plazas vacantes, 92 residentes, 83 de ellos en plazas concertadas.

Verónica Mantecón recordó con emoción que pasó los primeros 11 años de su vida en lo que había sido, en ese mismo lugar, el colegio que regentó durante más de un siglo la Congregación de las Hermanas Carmelitas de la Caridad-Vedruna. "Hoy vuelvo como alcaldesa a un edificio en el que entonces se cuidaba y educaba niños y hoy se atiende a nuestros mayores", dijo.

El padre Ángel puso énfasis en la importancia de luchar contra uno de los grandes problemas de la actual sociedad, la soledad. "En las mismas residencias hay mucha soledad, y con esto hay que terminar", había dicho previamente. "No puede ser que vayas a dar un beso a una de estas personas y te digan 'hace tanto tiempo que nadie me besaba'. "Estoy más preocupado de que haya afecto y cariño que del que haya tantos medicamentos, medicinas, intervenciones".

La residencia de Madernia es ahora un ejemplo de "puertas abiertas, queremos que sea una gran familia", dijo. Muy diferente a las antiguas residencias "que eran asilos en el mal sentido de la palabra donde iban los mayores casi para morirse, aquí vienen para revivir y la prueba es que cada vez están más guapos", dijo. Aseguró que "en esta residencia desde el principio se puso mucho cariño, venciendo todas las dificultades. Estamos felices y hoy venimos a decir gracias al equipo de profesionales, a las personas y a los políticos de este gobierno que han creído en nosotros".

El presidente de Cantabria aseguró compartir la "obsesión" del padre Ángel por el bienestar de los mayores y los más jóvenes y afirmó que Cantabria tiene "los brazos abiertos" para consolidar el modelo de atención que presta esta organización tanto en el centro residencial de Molledo como en el inaugurado en Valdáliga el año pasado, a los que se sumará próximamente un tercero en Suances.

Por su parte, Ana Belén Álvarez, en su primera visita como consejera a un centro residencial de atención a la dependencia, destacó la capacidad que una instalación como Madernia tiene para "fijar población" en un entorno rural como el Valle de Iguña.

Lo cierto es que la historia de la residencia comenzó hace más de diez años. La Congregación de las Hermanas Carmelitas de la Caridad-Vedruna y la ONG Mensajeros de la Paz alcanzaban en septiembre de 2002 un acuerdo por el que las primeras cedían desinteresadamente el edificio que habían regido hasta entonces para la apertura de un geriátrico, tras 128 años educando a niños de los municipios del valle de Iguña y de toda la comarca.

Tras muchas dificultades, el edificio original tuvo que demolerse en agosto de 2007 y el acuerdo final para la construcción de las nuevas instalaciones no llegó hasta meses después. El 4 de junio de 2009 las puertas de la nueva residencia para mayores de Madernia se abrían por primera vez para acoger a Esther y Jesús, un matrimonio de Silió que estrenó esas instalaciones. La inauguración oficial tuvo lugar el 13 de julio de ese mismo año, bajo la dirección entonces de Adolfo Serrano. Para entonces ya se habían cubierta la mitad de las plazas.

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