La Cruz de los Caídos emborronada por las pintadas Miércoles, 17 Julio 2019 La Cruz de los Caídos emborronada por las pintadas

Los grafitis emborronan la Cruz de los Caídos de Los Corrales

Las agresiones al patrimonio de Los Corrales de Buelna continúan en un verano que ya ha anotado ataques a varios bienes públicos. Esta vez esos ataques se han cebado en la Cruz de los Caídos de la localidad, un monumento céntrico que ha sido objeto de varias pintadas, la última una palabra escrita en el pilar principal de esa cruz, ‘inmoral’. No es la primera vez que se aprovecha la piedra de ese monumento para hacer pintadas, pero pocas veces han sido tantas las que aparecen no solo en la cruz, sino en las paredes de todo el entorno de ese rincón de Los Corrales.

La más sonada hasta ahora se había producido en 2014, cuando fue uno de los lugares en los que apareció pintada la bandera republicana. Entonces la aparición en distintos puntos de Los Corrales de pintadas con la enseña tricolor terminó en un debate plenario centrado en la utilización de recursos públicos para limpiar o adecentar esa propiedad que se suponía era de la Iglesia.

El problema sobre la limpieza se centra ahora de nuevo en la propiedad del monumento. Porque aunque se creía que esa cruz era propiedad de la Iglesia el párroco de Los Corrales, Francisco Lledías, dejó claro ayer que no, que no era propiedad de la parroquia, sino del Ayuntamiento, que en su día aprovechó para su instalación un terreno donado por una familia de la localidad. Con lo que también dejaba claro que la responsabilidad sobre el monumento no recaía en la Iglesia

Ante esa afirmación el alcalde, Luis Ignacio Argumosa, señaló ayer que se estudiará a quién pertenece el monumento para tomar una decisión sobre su estado. El  alcalde se mostró preocupado con una sucesión de ataques al patrimonio que se pretende zanjar con la colaboración de Guardia Civil y Policía Local, como ya sucedió en los desperfectos de las piscinas del complejo municipal deportivo. Y no quiere pensar en tener  que tomar medidas más severas, como sucedió en 2011 con la piscina de Somahoz, que tuvo que cerrarse por ataques continuados a la instalación.

La pasada legislatura los locales del polideportivo de Somahoz también fuero objeto de destrozos en las puertas, ventanas y el interior de todo el edificio o los elementos de juego del colegio público Gerardo Diego y las piscinas de verano en septiembre de 2018, recordó.

Está siendo este un verano plagado de daños a bienes públicos que empezó en las piscinas de verano, siguió con la quema de una palmera del parque del Ayuntamiento y que ha continuado emborronando un monumento en el centro del casco urbano. Entre uno y otro la Guardia Civil ya ha identificado a las personas que pudieron provocar los desperfectos en las piscinas del complejo municipal deportivo. El concejal de Deportes, Javier Conde, ya dijo entonces que «los ataques a los bienes públicos no salen gratis» y avanzó que se pondrá especial cuidado en la protección de los bienes municipales por parte de Guardia Civil y Policía Local.

En cuanto a las pintadas, aunque es un mal general de cualquier entramado urbano, en Los Corrales se están repitiendo con asiduidad en cualquier pared o espacio que se preste a un grafiti. De hecho no hace mucho la Guardia Civil también identificó a los jóvenes que habían realizado pintadas en las inmediaciones de la línea férrea.

Uno de los ataques más graves al patrimonio catalogado de Los Corrales de Buelna se denunció el 16 junio de 2011. Las estelas gigantes sufrían también los efectos del vandalismo. En una de ellas aparecía grabado con un objeto punzante un nombre y varios números en la pasta que une los diferentes fragmentos de una de las ruedas expuesta en el Parque de las Estelas de Barros. Otra de ellas, la que figura en el escudo de la región, aparecía golpeada y raspada en su superficie. Los daños causaban preocupación, especialmente entre los vecinos. Más indignación que gravedad, porque si bien los desperfectos más visibles no eran preocupantes, sí lo era la actitud vandálica, y con ella, la impunidad que ofrecía un parque que tras esos sucesos terminó cerrándose.

El histórico palacio del Conde Mansilla de Los Corrales de Buelna se unió en abril del año pasado al triste elenco de bienes del patrimonio cántabro atacados sin piedad por los aficionados a los grafitis. No era la primera vez, y los responsables del cuidado de esa casona del siglo XVII se mostraban «hartos» de limpiar las pintadas que los jóvenes plasmaban en uno de los accesos al interior del edificio. Tanto que pidieron la implicación del Ayuntamiento, como bien patrimonial que es (declarado Bien de Interés Local en 2001) y parte del casco histórico barroco del municipio, una de las visitas guiadas incluida en el programa cultural local.

A principios de siglo la estatua que representa en Los Corrales a José María Quijano, fundador de las empresas que llevan su apellido en Cantabria, se convirtió en diana de tres actos vandálicos. La última también con grafiti incluido, en 2002, pintando sobre la base de la obra de arte la palabra ‘fascista’. Antes, a comienzos de 1999 y 2000, personas sin identificar fracturaban la nariz de ese monumento a Quijano.

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