Se sumaron 6.853 personas al intento. Foto Luchamos por la Vida Sábado, 24 Marzo 2018 Se sumaron 6.853 personas al intento. Foto Luchamos por la Vida

Los Corrales se quedó sin récord Guinness

Cantabria superó éste sábado un récord muy importante, el de la solidaridad con los enfermos de cáncer, el del esfuerzo por mantener una mejor calidad de vida como mejor arma contra la enfermedad, en definitiva, el reto que año tras año, y ya van 10, se pone por montera la asociación Luchamos por la Vida, reuniendo en Los Corrales de Buelna a miles de personas unidas entorno al mismo objetivo. Este año la llamada a participar en la marcha que lleva el nombre de la asociación iba ligada a otro reto, dar forma al mayor lazo humano logrado hasta el momento, y a pesar de las malas condiciones meteorológicas casi lo logran. No, no hubo récord Guinness, pero pocas veces se ha conseguido reunir a tantas personas implicadas en un proyecto, todas a una con Luchamos por la Vida contra viento y marea, literalmente. A 6.853 personas no hubo ciclogénesis explosiva que las pudiera, una armada invencible que volvió a estar a la altura de las circunstancias.

Pasadas las 11,40 de la mañana se confirmó que no había suficientes personas para el récord. El reto era dar forma al lazo rosa humano más concurrido que se ha logrado hasta ahora, superando los 8.264 participantes del que ostentaba hasta ahora ese título, conseguido en Arabia Saudí, pero no pudo ser. La tormenta ‘Hugo’ dejó a mucha gente en casa, muchos de los cerca de 9.500 que se habían comprometido a estar en el Estadio Municipal de los Deportes de Los Corrales de Buelna.

Los organizadores, Noelia Ruiz Pellón, Ricardo Martínez y Vanesa Landa, se subieron al escenario para dar las gracias a todos los valientes que se sumaron al reto a pesar de las condiciones meteorológicas, llegados de toda Cantabria, camiseta puesta y la emoción a flor de piel. «Sois unos auténticos luchadores», decía Ricardo Martínez.

Responsables los tres de una organización tan medida que incluso consiguieron que la jueza oficial de los récord Guinness, Lena Kulhmann, se emocionara al no poder rubricar el éxito del intento.

Reconocieron que es pronto para saber si habrá una nueva ocasión, algo que pedían muchos de los participantes que iban saliendo del complejo municipal sin dejar de dar ánimos a Noelia, Ricardo y Vanesa, una mujer que hizo alarde de amabilidad y paciencia con cuantos le preguntaron hasta la saciedad cuestiones de organización, hasta que las lágrimas de emoción pusieron en su rostro la de miles de personas, poco después de saber que no se había superado el listón. Lo cierto es que lo más difícil se había conseguido, reunir en un día de perros a casi 7.000 personas.

Todo había comenzado casi de madrugada. El día prometía, el color de los cuentos con final feliz no podía defraudar a pesar de los malos presagios meteorológicos. Y menos aun sabiendo que Almudena Ruíz Pellón, la precursora de la marcha, tendía una mano desde el cielo para que nada fallara. Y nada falló, porque miles de personas le pusieron buena cara al mal tiempo sin importar la lluvia, a ratos fuerte, o el frío, intenso.

A las nueve de la mañana el Estadio Municipal de Deportes de Los Corrales de Buelna era un hervidero. Gente cogiendo a última hora su dorsal y camiseta, idas y venidas calculando si había bastante gente para superar el récord, colas en las tres entradas al lazo trazado el día anterior en el vetusto campo de fútbol de la localidad, que sin duda no había visto otra igual en su larga historia. Los voluntarios comenzaron pronto a utilizar sus pistolas lectoras del código de barras de cada dorsal y camiseta, sumando dígitos por decenas, por cientos.

Había nervios y es que ocho mil personas y pico es mucho decir. Sobre las 10.30 de la mañana el lazo tomaba forma, los protagonistas reforzaban sus esperanzas dándose ánimos unos a otros. El primer récord que cayó, seguro, fue el del número de selfies en rosa hechos en un lazo humano pintado en un campo de fútbol. A miles estallaban los flashes de cámaras y móviles.

Había niños y mayores, personas populares y anónimas, altos y bajos, gruesos y flacos, rubios, morenos y pelirrojos, de toda edad, sexo y condición, pero todos con la camiseta rosa de la décima edición de Luchamos por la Vida. Todos esperando que el marcador oficial llegara a los 8.265 participantes, el mínimo para batir el récord Guinness.

Sobre las 12 la organización daba el dato de participantes, tantas almas como gracias. Los globos al cielo recordaban a Almudena Ruiz Pellón, la persona que tuvo la idea de iniciar un camino que se convirtió pronto en el movimiento solidario más importante del norte de España. La hermana de Almudena, Noelia, preside ahora la asociación. Sobrellevando una emoción apenas contenida agradeció el compromiso de todos. El lector de códigos de barras se había parado en 6.853. No pudo ser, pero nadie se atreverá a decir que no fue todo un récord aunar tantos corazones entregados.

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