A Fernando Fuentes no hay cerveza que se le resista, a pesar de que no prueba ni una gota. No le gusta ni para quitar la sed, pero en cambio es uno de los mayores coleccionistas de recipientes del líquido elemento, sin distinción entre rubias, tostadas o negras. Desde Bélgica a Galicia, de Laos a Alemania, no queda un país productor de cerveza que no esté representado en una exposición que desde este sábado se puede visitar en Los Corrales de Buelna, una muestra de los cerca de 3.454 botellines y latas diferentes que ha ido reuniendo hasta ahora. Porque su próximo reto es "¿y 4.000 por qué no?". Una cifra que está convencido que superará con el tirón de la exposición.
Su afición, heredada de su hijo, está marcada por las conmemoraciones religiosas ligadas a Santo Toribio. De hecho, en 2002, con motivo del anterior Año Santo Lebaniego, él participó en una marcha a pie entre Los Corrales de Buelna y Santo Toribio. En un bar de Potes, y con un refresco en la mano, preguntó al dueño por un botellín de cerveza que llamaba la atención. Por entonces había heredado afición y 167 botellas de su hijo y aquella pieza le revolvió el espíritu coleccionista. El propietario del bar le preguntó el por qué aquel interés y Fernando Fuentes se lo explicó. Así que aquél buen hombre echó leña al fuego entregándole el botellín. "Mejor acompañado por otros 167 que aquí solo", dijo.
Ahora, en plenos preparativos de otro Año Santo, abre una exposición amasada por años de donaciones de amigos, encargos a viajeros impenitentes por mil lugares diferentes y compras online, su mayor recurso. Así fueron llegando una buena parte del amplio catálogo de cervezas elaboradas en España, las clásicas y no tanto de Alemania, Holanda y Bélgica, y otras más exóticas de Tailandia, Birmania, Laos o Nepal, gracias a un matrimonio que le provee de botellines en sus viajes por aquella zona del mundo.
Fernando Fuentes reconoce que son muchos los amigos que le traen piezas, algunas curiosas, todas agradecidas. Incluso le llegan de personas que hacen viajes esporádicos o familiares de amigos que quieren contribuir con la peculiar despensa. De hecho está esperando a tener algo de tiempo para catalogar las últimas recibidas.
Reconoce que no es especialmente complicado tener marcas distintas, lo difícil es lograr colecciones completas de todo el catálogo de una marca, algo que le 'obliga' a ir a ferias especializadas a comparar su colección con las listas de cada empresa.
Pero hay más que botellines, también hay etiquetas con solera y chapas en perfecto estado de formación. Tanto es así que con chapas y una curiosa etiqueta ha realizado un cuadro dedicado a los 110 años de Estrella Galicia.
Está en contacto con otro reciente coleccionista también de Los Corrales de Buelna, con quien comparte afición y compras y su intención es mantener abierta la exposición siempre que se pueda, porque es difícil llevar tanta botella (y lo que te rondaré) a otro lugar, una vez un amigo le ha preparado las estanterías perfectas para mostrar su nutrida inmersión en el mundo de la cerveza.
La inauguración fue este sábado a las siete de la tarde con degustación incluida en la calle Santo Domingo de Guzmán de Los Corrales de Buelna. A partir de ese momento se podrá visitar de siete a nueve de la noche de lunes a viernes.
