El Ayuntamiento de Cartes ha anunciado el cierre definitivo de la carretera que une Riocorvo con Las Caldas de Besaya, recuperando el proyecto original para ese tramo de vía y devolviéndoselo a ciclistas y peatones. El alcalde, Agustín Molleda, ya ha comunicado al Ayuntamiento de Los Corrales de Buelna y a los responsables de los negocios de esa zona su decisión, que se hará efectiva desde el jueves 27 de octubre. El corte se concretará entre el cruce con la carretera que sube al Santuario de Las Caldas y el del puente de la carretera a Viérnoles.

Asociaciones de ciclistas y los vecinos que utilizan esa carretera como paseo diario han avalado una medida que pretende eliminar el riesgo que para ellos suponía compartir un estrecho vial con vehículos de todo tipo.

El alcalde ha explicado que la apertura de la rotonda de la Nacional 611 a la altura de Riocorvo facilita a los vehículos el acceso a cualquier establecimiento de la zona sin tener que utilizar ese tramo, por lo que se han reducido los inconvenientes y se prevé que no surja ningún problema una vez cerrada la carretera. Lo que si se espera es poner fin a los accidentes que las señales contradictorias para algunos usuarios de ese tramo provocaban.

Durante un tiempo se restringió el paso de vehículos por la vieja carretera convertida en carril-bici, pero la pasada legislatura se cambió la regulación y se volvió a abrir al tráfico reduciendo la velocidad de paso. Pero la estrechez de ese tramo ha provocado ya numerosos accidentes en los que los peatones y, sobre todo, ciclistas, han salido mal parados. Para evitar esa situación se iniciaron a finales del año pasado contactos con el Ayuntamiento de Los Corrales, en concreto con el concejal de Deportes, Javier Conde, y con los empresarios afectados. A todos se les ha adelantado la intención de "recuperar esa vía para los peatones y ciclistas", dijo Molleda.

El alcalde siempre ha reconocido que ese tramo es un "auténtico peligro", con un alto flujo de vehículos y ciclistas en el que ningún usuario sabe a qué atenerse, originando constantes situaciones de riesgo "que queremos evitar ya, antes de que sea demasiado tarde".

Insistió en que es un "acto de responsabilidad al que estamos obligados por respeto al proyecto original y, sobre todo, por la seguridad de las muchas personas que utilizan ese carril que ahora nos trae de cabeza, adoptando medidas concretas que eviten accidentes".