La imagen del centro de Los Corrales de Buelna cambiará notablemente este mismo verano, recuperando el casco urbano para los vecinos y abriendo posibles vías de solución a problemas acuciantes como el de la escasez de zonas de aparcamiento. En apenas dos meses coincidirán el final de las obras de rehabilitación de la plaza de la Constitución y el de la construcción del nuevo edificio de la finca de la Lo, un proyecto que en los últimos ocho años ha pasado por varias paradas técnicas que en más de una ocasión han hecho temer por el buen término de la obra.
Se levanta en una de las mejoras zonas del centro y el final de las obras y la urbanización de su entorno tendrá como consecuencia inmediata el volver a poner la vista en un amplio solar anexo al edificio que desde hace tiempo ha perseguido el Ayuntamiento para darle distintas salidas de uso público, ya como zona hábil para decenas de aparcamiento o como lugar de extensión del mercado ambulante de cada miércoles. Pero esa finca es privada, por lo que antes de vender la piel del oso habrá que alcanzar un acuerdo con los propietarios de ese solar, promotores de la construcción de una urbanización que ha tenido en los últimos ocho años sus más y sus menos con el gobierno local. En todo caso, el posible acercamiento entre las partes quedará en manos del próximo gobierno municipal, presidido por Josefina González. Y eso siempre que los constructores no decidan (por ahora no lo parece) continuar con el proyecto, que originalmente preveía levantar no uno, sino tres edificios en forma de U en esa misma finca.
Otras de las consecuencias del final de las obras será la ampliación del tramo de la Avenida Cantabria que corre paralelo al edificio, con aceras y calzada más anchas que las actuales.
Lo cierto es que la aceleración de unas obras que han estado durante mucho tiempo paradas disipó el temor de que el edificio se convirtiera en uno más de los que se levantan en el casco urbano sin rematar, abandonados, haciendo flaco favor a la imagen del pueblo, como sucede en las calles Adolfo Suárez, Menéndez Pelayo o Torres Quevedo. No sucederá eso en la Avenida Cantabria, donde los promotores han confirmado que se terminarán los 24 pisos, bajos y garajes en dos meses, algo que ya ha suscitado el interés de posibles compradores.
Llama la atención el movimiento de tierras alrededor de ese edificio, actuación que pretende levantar un muro de impermeabilización para evitar humedades o entradas de agua, según explicaron los técnicos de la obra.
Muy cerca, en julio se espera poder terminar las obras de reforma de la plaza de la Constitución, y el futuro gobierno municipal ya ha anunciado que, previos informes técnicos suficientes, su intención es derribar los muros que han quedado en pie del desplome de las antiguas escuelas, dejando diáfano ese solar, donde quizá también se pueda habilitar temporalmente una zona de aparcamientos.
