Durante el primer confinamiento de 2020 se registraron "reducciones muy importantes" en los niveles de óxido de nitrógeno, superiores al -50% de media en España, mientras que el ozono se comportó de forma opuesta, con un ligero aumento (+24%), aunque no se modificó tanto como en otras zonas urbanas europeas, según un trabajo de investigadores de la Universidad de Cantabria publicado en la revista Science of the Total Environment y en el que participa una científica de San Felices de Buelna, Sandra Ceballos Santos.